Bienvenidos a España (2021)

Un documental de 2021 que mira a España desde la perspectiva marginada de los refugiados llegados a sus fronteras –en algunos casos tras haber aguantado una travesía que ha tenido un precio mortal para sus seres queridos, familiares o amigos– Bienvenidos a España revela sobre todo algunas de las dificultades que tienen los inmigrantes para buscarse la vida nada más pisar tierra española.

Esclarecedor a la vez que somero, el documental nos ofrece una perspectiva subjetiva y personal de esa vida para sus sujetos humanos, inmigrantes recién llegados al país y seguidos a lo largo de su duración de una hora y media: sus vidas, los desafíos que tienen para encontrar un trabajo estable y las complejidades de la burocracia española, que es todo un calvario para los que lo tienen que vivir paso a paso (cosa que puede afirmar casi cualquiera que haya vivido más de unas cuantas semanas en el país). Pero no nos ofrece mucho más de lo comprendido desde esta perspectiva, aunque cabe mencionar los últimos minutos impactantes del documental, cuando se incluyen los primeros momentos de la crisis mundial que fue el año 2020 y el comienzo de la pandemia. Vemos a Pedro Sánchez hablando a una población entera que está escuchando con atención y ansiedad, entregando las primeras noticias de lo que venía siendo el estado de alarma, que fue abrupto y severo ante la amenaza que nos suponía COVID-19.

En resumidas cuentas, fue la vertiente del documental de los azares y obstáculos que tienen que afrontar los inmigrantes la que me pareció más fascinante –en especial esos procesos burocráticos y, no menos interesantes, las escenas que tienen lugar en el aula y que apuntan a una diferencia bastante llamativa entre los niños y sus padres en cuanto a la adquisición del español. Se ve que los adultos siempre son menos adaptables y motivados a la hora de aprender o adaptarse a la nueva cultura, y por ello tienen a sus hijos actuando como intérpretes de un idioma que solo chapurrean.

Huelga decir que Bienvenidos a España hace lo que hace muy bien. Cuando más se aprecian sus fortalezas como documental es cuando la puesta en escena y la actividad en pantalla se consideran a vuelo de pájaro, como una instantánea un poco borrosa de la perspectiva de los recién llegados en España, comprendida y disfrutada a través de este mosaico humano. Por otro lado, donde más se aprecian sus defectos es en los matices, la falta de un seguimiento más detallado de sus sujetos, cada uno de los cuales, a mi parecer, tiene una vida que merece ser vista, apreciada y profundizada. La verdad es que, como individuos de carne y hueso, todos tienen características entrañables y realmente me ha sorprendido esa falta de detalles, donde se suele encontrar no solo vida sino viveza. En un documental, hay que tratar de ver más allá de la superficie. Por desgracia, este documental no llega hasta tal punto.

Ahora bien, sigue valiendo la pena ir a verlo, aunque fuera solo para aprender sobre las vivencias de quienes llegan a España, a menudo con poco más que la ropa que llevan puesta. Y se ve que el director Juan Antonio Moreno Amador (si es que nos atenemos al criterio que pretende encaramar al director como responsable de la creación de lo que viene siendo su obra) va creando este mosaico con perspicacia y pasión, un retrato de la inmigración en España muy particular y digno de ser difundido y visto por quien le interese. Solo que, ojalá tuivera más interés de por sí.